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Crescente Errázuriz Valdivieso, el arzobispo historiador

Fotografía de Crescente Errázuriz y padres de la orden dominica.


En la Biblioteca Patrimonial Recoleta Dominica se encuentra el Álbum fotográfico de Fray Raimundo (Crescente) Errázuriz, compuesto por 53 imágenes en blanco y negro que muestran al arzobispo e historiador en diferentes escenas relacionadas con el ejercicio de sus funciones en la iglesia chilena.

Se entrega, a continuación, una breve biografía de este religioso dominico que sirve como correlato de las imágenes de este Álbum.

Crescente José de los Dolores de María Santísima Errázuriz Valdivieso nació en Santiago de Chile el 28 de noviembre de 1839 y murió en esta misma ciudad el 5 de junio de 1931. Fue hijo de Francisco Javier Errázuriz (Martínez de) Aldunate y de Rosario Valdivieso Zañartu, hermana del arzobispo de Santiago Rafael Valentín Valdivieso Zañartu quién cuidó a Crescente como a un hijo.

Realizó sus primeros estudios en el Seminario de Santiago de Chile, donde se educaban las familias pertenecientes a la aristocracia. En 1857 comenzó a estudiar leyes en la Universidad de Chile, y luego incursionó en la minería colaborando en la mina Guayacán en La Serena, la que era administrada por su hermano Maximiano.

Volvió al Seminario en 1861 y el 18 de diciembre de 1863 fue ordenado sacerdote en la Catedral de Santiago de Chile. En aquella época se hizo cargo de La Revista Católica, en donde colaboraba como editor del polémico arzobispo Valdivieso y como columnista anónimo.

En 1874 el mismo Arzobispo fundó la revista El Estandarte Católico que defendía los intereses de la iglesia católica frente a las tendencias liberales y separatistas que surgieron como consecuencia de la llamada "cuestión del sacristán".

Desde esta tribuna Crescente se dedicó a publicar textos que se enfrentaban a las transformaciones sociales propiciadas por el Presidente Federico Errázuriz, su hermano, y por otros intelectuales y políticos como Aníbal Pinto, José Victorino Lastarria, Miguel Luis Amunátegui y José Manuel Balmaceda, ex compañero del Seminario y futuro Presidente de Chile.

Entre 1869 y 1870, asistió al Concilio Vaticano I como acompañante del arzobispo Valdivieso, quien allí le solicitó recopilar y transcribir los documentos que reflejaban las relaciones y actividades de la iglesia chilena con la curia romana, los que posteriormente sirvieron para redactar Los orígenes de la iglesia chilena por Crescente Errázuriz, texto publicado en 1873.

Este libro se erige como una respuesta a la historia de Chile que comenzó a reescribirse según la mirada de intelectuales promotores del liberalismo y del racionalismo como Diego Barros Arana, Miguel Luis Amunátegui, Benjamín Vicuña Mackenna. Frente a la mirada anti española y anti clerical de éstos, Crescente Errázuriz propuso una interpretación en que la hazaña evangelizadora tomaba protagonismo en la conformación de la sociedad chilena.

Desde 1873 fue docente de la Universidad de Chile dictando la clase de Derecho Canónico y diez años más tarde, en 1883, publicó el libro Compendio de Derecho Canónico con el fin de reunir y ordenar las leyes eclesiásticas y contribuir a la enseñanza de éstas en la Universidad.

En 1878, luego de la muerte del arzobispo Valdivieso, su tío, Crescente se desempeñó como capellán de la capilla de la Veracruz, ubicada en los alrededores del cerro Santa Lucía, desde donde continuó escribiendo sus versiones de la historia de Chile.

Fue religioso dominico y prior del Convento Recoleta Domínica de Santiago desde 1884 hasta 1907, cuando renunció por enfermedad y regresó a la vida secular como párroco de la Veracruz. Profesó con el nombre de fray Raimundo y se dedicó a la escritura de diversos libros piadosos y una autobiografía mística titulada Vida interior y oculta con Jesucristo en Dios.

Desde este espacio de enclaustramiento colaboró en la conciliación de la Iglesia y el Estado a través de la redacción del juramento de fidelidad a la Constitución chilena que debían prometer los próximos arzobispos.

El Papa Benedicto XV lo eligió como arzobispo de Santiago de Chile el 30 de diciembre de 1918, siendo el sacerdote chileno más anciano. Su lema episcopal fue: Crux et Evangelium ecce arma mea (La cruz y el evangelio, he aquí mis armas) y ejerció sus funciones en medio del estallido político y social que experimentaba la sociedad chilena en la llamada "cuestión social".

Como arzobispo inició una política para independizar a la iglesia católica de las acciones políticas y la representó en las conversaciones que culminaron con la separación de ésta y el Estado en la Constitución de 1925.

Monseñor Crescente Errázuriz Valdivieso falleció en Santiago en 1931 y está sepultado en la Catedral Metropolitana.

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